jueves, 29 de octubre de 2009

Día triste




Huyendo de lo conocido encontró entre edificios viejos el pequeño secreto que sus paredes guardaban. Un oasis en medio de un pueblo que quiere ser ciudad.
El día gris dio tregua al sol por una hora en la que todo rincón era digno de recordar en una imagen, una hora en la que las lágrimas se limpiaron para poder echar un ojo entre lentes y objetivos.

Día triste, día de lluvia, frío, humedad, día normal en esta tierra. Sí, el día y las nubes acompañaban a esa pena que hacía llorar el alma, pero se acordó de una gran frase de una gran persona.

“Nos equivocamos con los días de lluvia, no son tristes ni reflejan nuestra pena, significan limpieza, movimiento, presagio de que lo nuevo crecerá; el agua arrastra lo malo, lo viejo, lo que no está firme en el suelo. Y eso hace, dejar atrás el dolor y empezar algo nuevo.”

Y ahora…sólo queda creerlo.

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